Seguir haciéndote la fuerte

Días como hoy,

q te hace falta una de las personas

q más daño te hizo,

por lo menos estaba ahí para

acompañarte en momentos difíciles,

no te soltaba, te llevaba, te esperaba,

mientras tú librabas batallas grandes para tí,

insignificante para los demás,

estaba pendiente x el momento,

dándote ánimos para q no decaigas.

Y al final de tu batalla un abrazo te esperaba,

te hacías la fuerte al decir, no me gustan

los abrazos, pero era lo q esperabas

para tranquilizar esa angustia y ansiedad.

Hoy vuelves a necesitar ese abrazo,

sabes q alguien más tiene esos brazos

para ella sola.

Y a tí sólo te queda seguir haciéndote

la fuerte.

AL.

Noche de Octubre

Te escribí para vernos

Aceptaste sin mayor recelo

Tú siempre metido en tu mundo

poniendo sobre la mesa tus experiencias y sentimientos pasados

Yo sólo escuchaba y deseaba ser aquella de la q me hablabas

Viendo la película de estreno, mientras jugabas con mis manos

Sentía tanta paz con tan solo el roce inocente de tu piel con mi piel

De a poco te fuiste hundiendo en mí hasta abrazarme

y tu cabeza reposaba en mi pecho

sólo quería quedarme así x el resto de la noche

Con la lluvia de fondo tú tratabas de entender mi psique y yo la tuya

tan sólo eso, tú rodeando con tus brazos mi cuerpo

sin querer soltarme

Nuestra noche de octubre estaba x llegar a su fin

decir adiós a esos brazos, a esas manos parecía lo más simple

Sin llegar a imaginar q esa noche sería la primera y la última de estar íntimamente cerca de tí.

Victoria.

AL OTRO LADO DE LA CAMA…

– Madrugada fría,

dos opciones a escuchar:

la lluvia cayendo afuera de la ventana,

las canciones románticas del radio encendido en volumen bajo;

acostada en un lado de la cama mirando al techo

divagando el pensamiento del futuro de tu vida

regresas la mirada al otro lado de la cama

y ves ese lugar vacío, frío;

ese lugar q alguna vez estuvo ocupado por él

y ahora solo imaginas sus abrazos

para compensar lo que resta de noche y

así lograr conciliar el sueño

aferrándote a ese cuerpo imaginario

al otro lado de la cama. –

Victoria.